El sentido del Foro Mundial de Educación se constituye en la necesidad de unir los pueblos del planeta alrededor de un derecho social: la educación pública de calidad para todos.
En la defensa de este derecho, el FME reúne educadores, movimientos sociales, estudiantiles y culturales, organizaciones no-gubernamentales, gobiernos, sindicatos e instituciones educativas de todos los continentes, desde escuelas hasta Universidades, que deseen integrarse a esta movilización planetaria, de acuerdo con las Cartas del 1º y del 2o FME.
Todos los educadores del mundo están invitados a encajarse en este movimiento que nació en el 2001, en Porto Alegre, buscando debatir propuestas, metas y proyectos en educación que atiendan a los intereses de los empobrecidos, víctimas de las políticas neoliberales.
La legitimidad de la lucha, vía FME se sustenta por lo tanto en el combate a la
exclusión del acceso a la educación, por medio del avance de la mercantilización del conocimiento, que viene ganando destaque en las políticas propuestas por el Grupo Banco Mundial. Según datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), 875 millones de personas están fuera de la escuela, de las cuales 63,7% son mujeres y 110 millones, niños de 6 a 12 años sin escuela.
En este aspecto, ya en la carta del FME 2001, fue apuntada la importancia de profundizar la solidariedad y de la organización, a través de la movilización social, sindical y parlamenta, en el sentido de imprimir la necesaria esperanza en la construcción de un mundo mejor donde otra Educación es Posible, asociada a acciones concretas en la construcción de una vida digna a todos los pueblos del mundo.
En su segunda edición, la Carta del Foro avanza en la proposición de una escuela ciudadana, como representación de la democratización del acceso al conocimiento y de la gestión en la educación, teniendo el carácter público como garantía de este derecho inalienable del ser humano.
En la tercera edición, que se realizará del 29 al 31 de julio del 2004, en Porto Alegre, Brasil, el FME enfatizará su internacionalización plural y agregadora con la finalidad de construir la educación para un otro mundo posible, con propuestas educativas concretas, en la cual la lucha por la educación pública, gratuita, democrática, laica y de calidad social, se incluya.
El desafío se constituye en avanzar en la construcción de una Plataforma Mundial de Educativa con principios claros y planes de acción en diferentes sectores. Todo eso sustentado en las diferencias de los procesos de luchas y caminatas locales, realizadas en los diferentes países que integran (integraron) ese movimiento mundial, con pluralidad de propuestas educativas, basadas en los principios éticos volcados a la justicia social y de concepciones de hombre, de sociedad, de estado, de democracia y de educación, en fin, de mundo, que se distingue, radicalmente de aquellas que los sectores sociales hegemónicos se utilizan para reforzar su lógica perversa y excluyente, secuestrado del gran capital. Lógica esa, que instituye el pensamiento único, neoliberal que define la educación como un gran negocio.
El III FME se constituye, pues, en una posibilidad para la acumulación del debate educativo que hace el contrapunto a la mercantilización de la enseñanza y al mercado como parámetro de desarrollo, enfatizando la concepción de educación como un instrumento fundamental para el desarrollo económico, social, cultural y político de un país, de su pueblo, y para la garantía de los derechos básicos de ciudadanía.